Edicion Especial, posting Nº 100, Capítulo de larga duración.

Ha pasado ya, muy a prisa para mi gusto,
un poco más de un año desde que estoy escribiendo en este espacio,
y cien veces he permitido que vean hacia mi interior,
Esto es casi como la casa de cristal instalada en pleno Santiago centro,
un poco voyerista, un poco recreado, un poco realidad
Lo único que sé con certeza es que amo esta afición,
Siento estas letras como una segunda piel,
y agradezco a todo aquel que haya invertido algo de tiempo
en curiosear, compartir o empatizar con esta vida que cada día construyo.

Al releer mis escritos me pregunto?
¿Será que debo asumir de una vez por todas
esta naturaleza bipolar que me agobia?.

El reciente viernes me sentía especialmente triste, fatigada y molesta.
Este malestar del alma se trasladó al cuerpo y fue asi como
cabeza, cuello, espalda, brazos y piernas se declararon en huelga
no respondiendo ni remotamente a mi nivel de producción habitual.

Figuraba yo aquel viernes frío en mi oficina oscura y medieval,
despotricando contra el mundo,
descontenta con mi trabajo en el cual los quehaceres y el estres
son inversamente proporcionales a la remuneración,
Aburrida de la rutina,
la estrechez económica, porque mi sueldo no alcanza a costear
mis necesidades proletarias, ni mucho menos esos refinados gustos burgueses a
los que suelo sucumbir.

La sola idea de no ver a Diego durante todo el weekend me irritaba,
sumado a la imagen pálida, ojerosa y poco amable que me devolvía el espejo,
imagen que me llevo a pensar que si el tango sostenía que veinte años no son nada, los treinta y un años que cargo si han hecho lo suyo.

Sumida en mis pensamientos mas negros
tras tomar once con Celeste y Camila me marche donde mi madre,
En esos aposentos alimenté mi pena con pasteles, papas fritas, helados
y panes con queso caliente.
A la mañana siguiente la pena seguía intacta
pero mi abdomen no.

Llegado el Sábado,
mi día transcurrió entre sábanas
presa de una flojera inconmesurable viendo toda comedia romántica
que pasará la televisón por cable.
A eso de las seis recordé que el domingo había invitado a comer a mis padrinos que vienen de Curico,y a mi madre.
Para estos menesteres una soltera debe limpiar muy bien su piso
asi como esconder las huellas de sus vicios reflejados en botellas de ron,
de vinos, camisa de hombre,etc.

Cansada, pesimista y casi afiebrada me dirigí al supermercado donde debía hacer rendir el misero presupuesto,para dar paso a una delicioso, armonioso y apacible almuerzo familiar.

Una vez en el supermercado, me pasó algo extrañísimo,
sentí miedo, inseguridad, angustia,
no soportaba ver a tanta gente,
fue una sensación horrorosa.

Con demasiado esfuerzo llegué sola a mi piso,
me senté en el Bergerck negro que está junto al ventanal
Ese ventanal del living a traves del cual veo los buques ir y venir,
me senté en el Bergerck negro con la clara intención de llorar,
llorar hasta que me diera hipo,
lloré con deseperación,
como niña de cuatro años perdida en un centro comercial,
como niña huerfana, sin padres ni manos amigas cerca,
lloré por todo lo malo que me ha pasado en la vida,
por el abandono de mi padre,
por tanto amor deshecho como pompas de jabón,
por tanta euforia derramada en sitios y con personas equivocadas,
por tanta incertidumbre,
por desperdiciar mis potenciales
y gastarme en cosas absolutamente prescindibles.

En eso estaba, cuando llegó Celeste,
Ella, siempre dulce y acogedora,
además de haber limpiado con esmero todo nuestro hogar,
aún le quedaba energía y paciencia para consolarme.

Minutos después frente a la fuente de agua de la Plaza Echaurren,
ya oscureciendo, contemplabamos la belleza del corazón de nuestro puerto.
Compramos tomates, morrones,albahaca, y palta,y una coca cola bien fría para el ron que aguardaba por nosotras.
Llegamos a casa,con ganas de tomarnos todito el Ron pampero,
Esa botella sobreviviente de una muy buena farra anterior,
Más Celeste estaba propensa a la tristeza,
se sentía decepcionada y dijo una y otra vez,
talvez para autoconvencerse que no vería más al desconsiderado de Nicolas
La pena dió paso a recuerdos melancólicos y la meláncolía siempre engendra
frustración y autocompasión.
No dispuestas a dejarnos aplastar por esos sentimientos,
quisimos una vez más exhorcizar los males bailando
y nos dirigimos a la Piedra Feliz producidísimas,
con el efecto de seis vasos de ron en el cuerpo,
antídoto instantaneo para sentirse una de las mujeres más guapas de la ciudad,

Una vez en el centro de la acción,
nos encontramos casualmente con Sebastián,
quien de ropa informal se ve mucho más jóven, y menos pretencioso.
Sebastián es un político jóven, ambicioso, emergente, de fácil risa y buena conversación.
Hace una semana fue designado Seremi. regional.
Somos compañeros de trabajo,algo amigos, pero muy diferentes,
El es muy contradictorio, avasallador en el mundo político,
pero a la vez tímido, cauteloso y hasta vulnerable en lo interpersonal,
Me divertí viendolo intentar seguir el ritmo innato de Celeste,
mientras contenía su alergia también innata hacia la música tropical,
pero la verdad es que su atracción innata hacia Celeste es mucho más fuerte.

Bailé hasta desfallecer durante cuatro horas seguidas,
me sentí alegre, despreocupada y libre como debe ser.

A la mañana siguiente mi cabeza clamaba por un Tapsin,
sonámbula y atrasada preparé la comida,
Con la ayudade Celeste los tallarines a la italiana quedaron sabrosísimos,
Pero lo más importante fue la presencia cariñosa de mis tíos y madre,
todo esto al compás de una música folclórica interpretada
en guitarra acústica
tornó el evento demasiado agradable,
solo extrañé a mi hermana Viviana y su novio Ernesto.

Cuando se asomó la luna por el ventanal, me llamó Diego
contándome que no había ido a la casa de campo,
Reclamábame este hombre mío mi ausencia y mi no uso de celular,
como acto de desagravio le ofrecí un espacio en mi cama,
Una hora después sus besos me hicieron pensar que
aunque mi alegría efervecentemente contagiosa o mi baile poco discreto
atraiga la atención de otros galanes,
mi corazón tiene un solo dueño,
y aunque me destape por las noches,
e insista en que vea peliculas que jamás elegiría,
solo es entre sus brazos que puedo dormir a salvo.