Invierno en la ciudad./ Antídoto infalible.-

Llegó para quedarse,
y ha convulsionado a los habitantes de esta bella y desordenada ciudad,
entremedio de protestas y marchas,
Me refiero al frío, que desfila desafiante por las calles,
se cuela por ventanas y puertas,
disimuladamente, se desliza por los cuellos e invade espaldas,
paraliza extremidades y congela narices más o menos prominentes.

La productividad baja, entre tanto café,
ya voy en cinco tasas diarías,( pésimo hábito por lo demás)

La oficina estatal, es como una Máquina industrial de fábricar problemas,
los estudiantes marchan molestos,
hacen barricadas/ interrumpen el tráfico,
Emiten gruesos epítetos hacia conocidos personajes,
aprovechan de ventilar su odio parido hacia el Tribunal Constitucional,
porque les impide amar sin procrear.

Mientras tanto,
los días comienzan a sentirse parecidos, tediosos, agobiantes.

Adquirí un abrigo negro grueso y de buen diseño que
nunca más me saqué,
parece una manda!
Compré música, como antídoto para el aburrimiento
asi que ahora canto todo el día,
incluso en la calle,
el ascensor, en el autobus,
en la ducha,al despertar taradeo,mis canciones francesas favoritas:
1.- Michelle.
2.- y Neme quite pas.
también mis bossa favoritos, corcovado, aguas de marzo, insensatez.

Al mediodía de ayer, en pleno centro logistico de laborum,
me dicen que encienda el celular,
porque Daniela necesita hablar conmigo,
muy amiga mía será, pero pongo cara de "oñi" ( molestia indisimulada)
al creer que se trata de más recarga laboral.

Hay suerte, el llamado trae buenas noticias,
ella me invita a "los baños turcos de la ciudad en el parque Italia",
Planeamos emocionadas una escapada a la hora de almuerzo,
nunca hemos ido a un sitio de aquellos,
Tipin dos y media de la tarde,llegamos a un mundo paralelo,
entramos tímidamente con una dosis enorme de curiosidad y un presentimiento
de que en cualquier momento, aflorará nuestro lado más pudoroso.
La mujer que nos da la bienvenida, nos pide nuestros nombres,
nos entrega una llaves,
caminamos por un pasillo estrecho, en donde hay muchos cubículos,
tipo cabina telefónica en donde se cambian ropa los super heroés,
en este caso, su fin es el sacarse toda la ropa,
y guardar nuestras pertenencias para que en definitiva nos pongamos un trapo,
medio transparente, de dudosa condición sanitaria,
en forma de túnica espontánea.
Enfundada en el trapo, tipo paño de plato, me dirijo,
junto a una Daniela muy avergonzada,
al mesón de recepción, en donde nos preguntan si queremos masajes,
respondemos que no, por ahora, y solicitamos una especie de guía turística que nos haga un tur por las dependencias saunísticas.

Apenas cruzamos el umbral del área fría, hacia el área caliente.
pudimos percartarnos que más que baños turcos,
era claramente una zona nudista.
Mujeres de avanzada edad y de alicáidas anatomías, paseábanse orgullosas y altivas
por cada rincón.
El espacio es reducido, y hace un calor abrumador.
Los cuerpos mojados, que parecen casi aceitados, se contornean alrededor,
y hacen que uno sienta que es demasiada humanidad y realismo crudo.
Señoras de la cuarta y quinta edad, ( 70 - 85 años) deambulan sin ropa,
arrugaditas y algo jorobadas, son comunicativas y nos cuentan que esto hace regio para los huesos y la osteoporosis.
Hay muchas puertas, tras las cuales hay un distinto tipo de baño a vapor o sauna,
hay baños humedos y secos,
una piscina de agua fría,
está lleno de duchas, y sanitarios,
hay reposeras de esas que hay en las playas concesionadas.

salimos un rato de la zona caliente,
y vamos a buscar dos pisco souer,los necesitamos,
nos preocupamos de que el trapo túnica no se nos resbale dejando tambien al descubierto nuestras humanidades.

Nos tomamos el trago,
entramos, y decidimos comenzar por el sauna seco.
es de madera, pequeño,
entramos y vivimos en primera persona el hacinamiento,
inicialmente, me siento como en un campo de concentración,
Miro a las féminas de la sala, y retiro lo dicho,
están demasiado bien alimentadas,
se respira un aire caliente,
nos sentamso en una especie de galería,
con gente sudada, demasiado cerca, para mi gusto,
hay una especie de brasero,
es lo más parecido al infierno,
me imagino a Lucifer, revolviendo el fuego.

Sin embargo la sensación de alivio y descanso es celestial.
Recomendable 100 %.
Ahora a enfrentar el frío de la ciudad y a tratar de equilibrar mis vaivenes emocionales...