Todos los perritos se van al cielo

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Si, ya lo creo,
todos y cada uno de los perritos,
No podría ser de otra forma,
si son tan inocentes,desinteresados y leales..

El perrito de Viviana, my sister,
era una monada,
idéntico al de la fotografía,
bueno,en honor a la verdad,
bastante más gordito.

Para Viviana, quien vive sola,
y tras cada jornada gris de trabajo
debe viajar una hora en tren rumbo a su hogar,
ver a Kevin, moviendo su colita y exhibiendo su
amplia sonrisa perruna,
era todo un espectáculo,
una fiesta,
una recompensa tras diez horas fuera de su hogar,
diez horas de tedio,
contestando llamadas ajenas,
recibiendo correspondencia y cheques,
soportando el mal genio de jefes gruñones,
compañeras envidiosas,
En resumen, un mar de gente opaca y egoista,

Mas, todo esto parecía no importar cuando
con su compañero cuadrupedo,
se saludaba efusivamente,
y él le lamía los zapatos,
o derechamente sus deditos en épocas mas estivales,
y él se daba vueltas en el suelo,para agradarla,
y él le ensuciaba con sus patas embarradas la falda,
o le rasgaba las medias nylon,
pero, ¿que importaba?..

Viviana correspondía bien ese querer,
cada lunch, religiosamente,
se dirigía hasta la cocina del Casino de su empresa,
en donde el cocinero llenaba con distintos menús,
un platito plástico
que tenía en su tapa una imagen canina
y unas letras que decían
"Porotos no porfavor"
Kevin era comedor compulsivo,
amigo de los niños de la cuadra,
era gentil, educado,buen perro
buena gente,
corrijo,
mejor que muchísima gente,
algo asi como el perro de lipigas,
del comercial,
No tenía malas pulgas,
hasta con los gatos era complaciente,
solo les ladraba para divertirse,
por deporte.

El veterinario fue concluyente,
no estabamos ante un can resfriado ni con pulmonía,
sus escalofríos se debían a que había
resistido mucho,
(uf, Cuanto sufrió!!)
"Había sido envenenado".

Anoche entre muchos niños desconsolados,
y vecinos indignados ante la crueldad humana,
Kevin fue enterrado,
llevaba puesto el gorrito de un niño,
quien se lo obsequió como prueba de su afecto infinito,
Viviana abatida y aún incrédula de su partida,
lo lloraba como una Magdalena,
Hubiese querido estar con ella,
pero no tuve noticia de estos hechos hasta ahora,

Mi corazón está de duelo.

En la mente de los que presenciaron su entierro
rondaba insistentemente una sola interrogante,
¿Que tipo de monstruo es el que le da veneno a un pobre
perrito inofensivo que está en su jardín?

Pdta : Por mas que lo intente,
no logro acostumbrarme a las bajezas del ser humano...