Confesiones

Con el corazón en la mano,
al más puro estilo de María, en "El lado obscuro del corazón"
procedo a confesar mis siguientes pecados y tormentos:

Confieso que hace casi un año conocí a Diego,
Bastaron solo dos encuentros,
para pasar de la mirada seductora, al cruce de palabras cortas
y ansiosas, y de ahí caer bajo los dominios indecorosos del alcohol
y en ese estado poco sensato lanzarse con urgencia,
de lleno a los placeres de la piel.

Asi, de forma improvisada, libre y espontánea
fuimos hilvanando nuestro idilio
Entre almuerzos y vinos descorchados en mi piso,
sentados y recostados sobre la alfombra de pita,
sedientos de piel , pero también de compañía y de humanidad.
Entre el límite fronterizo de Chile y Argentina,
Entre los pinos de Quintay
y las Dos Gardenias de Compay...

Confieso que fui lujuriosa con premeditación y alevosía,
Confieso que mi corazón me jugó una mala pasada
y se enamoró.
De Diego, el hombre de treinta con sonrisa de escolar
De Diego el hombre del jazz, con manos y alma de músico,
De diego el hombre más distinto a mi que he conocido.
Confieso que Diego es el hombre de cabellos ý alma más clara
con el que alguna vez haya estado.

Pero, pese a que nuestras ilusiones nos hagan volar,
Nuestros pasados nos modelan
y nos destruyen... la mayor parte de las veces...

Confieso que adivinos y pitonisas,
presagiaron el final.
Confieso que pase una noche de tormenta sola y atormentada/ valga la redundancia.
Confieso que la soledad negra es insistente y nunca replegó sus tropas
Confieso que nuestro amor tiene punto de partida, pero hasta hoy
desconozco su dirección final...

Esta tarde la incertidumbre me derribó
y pese a la eventual despedida definitiva,
como no concibo la idea de no verlo más,
porque su sola presencia entibia mi alma;
Me cobijé entre sus brazos y susurré la oración que
mas abajo he publicado...

Pdta: Al parecer esta historia aún no ha llegado a su fin,
lo presiento con nitidez...